Monday, December 30, 2013

La alcancia de fin de año

Desde que era pequeño, hace no tanto tiempo (bueno, hace mucho tiempo) mis padres comenzaron a llevarme a la feria de fin de año local. Primero sólo una de mis hermanas y yo, después el otro par también. Se convirtió en una bonita tradición familiar que mi madre continuó, a pesar de que poco a poco crecíamos y crecíamos. Año con año, sin fallar, miramos un lindo espectáculo de fuegos artificiales y recorremos las calles de mi vecindario eligiendo juegos mecánicos y de destreza o comprando chácharas durante un par de horas. 

Debo decir, que mis hermanas y yo nos tomábamos esto muy en serio. Sólo se nos permitía gastar cierta cantidad de dinero. Lo curioso es que aunque nosotros tengamos más, usualmente respetamos el tope que hemos respetado desde pequeños. Por la tradición, ya saben. 

Yo no soy fan de los juegos mecánicos de feria. Así que jamás invertía en ellos, sin embargo, cuando era pequeño mi papá ganó una alcancia de cerámica para mí, y como todo buen niño de seis años me propuse ganar una por mi propia cuenta. Y lo logré; así, desde entonces, una tradición propiamente mía, ha sido asistir a la feria, a veces con el único objetivo de jugar a los dardos y traer a casa una asombrosa alcancía de cerámica en la que guardaré mis ahorros durante el año siguiente. Todos los años, año con año. Siempre.

Esto significa que para la fecha en la que escribo este post (justo regresando de la feria) he tenido trece figuras cerca de mi cama almacenando monedas hasta que llega su reemplazo. ¿Contaron? Deberían ser catorce alcancías. Me falta una.

¿Qué pasó? sencillamente que este año, después de cuatro intentos de diez pesos cada uno, después de doce dardos lanzados: fallé. Como nunca, fallé. Me sentí triste. Me sentí roto. Incluso mi hermanita de doce años lo notó y me ofreció una moneda de diez pesos para que intentara nuevamente, me negué; no sólo porque era su dinero (y yo traía un billete de cincuenta pesos en la bolsa), sino porque habría rebasado el límite tradicional (de sesenta pesos, pero compré un esquimo ya que sentía la alcancía ganada desde siempre). Me sentí deshecho porque para mí era algo seguro. No sé cómo explicarlo porque sé que llorar por no ganar una estatuilla en forma de busto de Batman (chafísima) con un valor económico mínimo es sumamente ridículo, pero me dolió. 

Para mí esa alcancía siempre ha representado más que una alcancía barata que a veces rompía a mitad de año, pero como significaba algo importante, la rompía con cuidado, gastaba el dinero y la seguía usando el resto del año. Para mí significaba tradición, alegría, incluso premonición. 

Hay muchas cosas en mi vida, así de pequeñas, así de insignificantes y así de grandes, siginificativas e importantes; hoy perdí una de ellas. Llámenme exagerado pero estoy en shock. Me siento incómodo y quiero caminar un par de cuadras y regresar con una alcancía ahora mismo. Pero no lo hice cuando llegué al límite económico hace unas horas y no lo haré ahora porque las cosas cambian. Incluso lo más arraigado a nosotros puede desaparecer en cualquier instante. Incluso lo más seguro, lo más fiable y lo que pensamos que siempre estará con nosotros, se irá a su debido tiempo. La vida es así. Es tan así que cuando llegue la hora, la perderemos a ella misma sin remedio. La vida es una progresión de cambios irremediables.

Me siento ridículamente mal por no tener mi alcancía, no sé cómo explicárselos, lo repito, pero es una pequeñez que durante mi vida ha significado un mundo. Sin embargo, esta pequeñez me permitió darme cuenta de algo muy importante:
2014 no será un año como cualquiera que haya vivido jamás. No es broma ni optimismo desmedido de fin de año. 2014 será un año de cambios, cambios radicales en mi vida, les estoy hablando de que, si todo marcha como espero, incluso el parque que tanto amo y frecuento desde que tengo memoria, desaparecerá de mis días por un buen rato. 

Viviré aproximadamente a 3859.21km de mi hogar (según Google maps). Me enfrentaré a la vida en otro país, con otras costumbres tradiciones y estilo de vida por un tiempo. Soidificaré mi empresa, creceré; crecer significa cambiar y yo lo haré radicalmente.

Así que debo acostumbrarme al cambio de pequeñas cosas para adaptarme a los grandes. Les confesaré algo más: tengo miedo. No de viajar ni de mejorar, sino de cambiar: me gusta mi vida, me gustan mis amigos y hasta mis enemigos. (bueno, yo no tengo enemigos, pero entienden el punto).

Hoy perdí una alcancía, pero gané consciencia de cómo gira mi mundo y es curioso como algo tan grande se aprende de algo tan pequeño. Decidí que dentro de 364 días no jugaré a los dardos. No ganaré una alcancía porque hoy me volví consciente de que mi universo cambiará radicalmente durante el año que sigue y así lo recordaré de ahora en adelante. 

Yo sé que puede parecer una nimiedad, pero para mí es algo importante. Si llegaste a este punto, no sabes cuán agradecido estoy contigo por haber soportado un post largo sobre mis problemas existenciales, significa mucho. Es todo. No me quiero poner sentimental porque probablemente a eso le dedique un post en un par de días. 



Monday, December 23, 2013

UN MES DE FREE WRITING - OCTAVO DÍA

Lee el capítulo anterior de esta historia o el principio si no lo has hecho

Día #8: Realidad.

La abrazo con urgencia. Necesito que su calor sea nuestro calor. Necesito que el verde de su mirada envuelva el castaño de la mía. Mi respiración se acelera, creo que ganó la competencia interna en mi cuerpo, porque todo lo demás, excepto el corazón, ya no vibra con la misma intensidad. ¿Será porque el corazón jamás se rinde?

 ¿Y ahora quieres jugar rápido? eh. no cree que sea la mejor elección dice, está segura. Y yo de nuevo estoy confundido; no me gusta este juego, pero me encanta. 

 Aún nos queda una deliciosa taza de café por compartir se ríe. Disfruta verme la cara de idiota que, obviamente, no puedo disimular. 

La miro a loz ojos, todo sucede tan rápido que no me imagino otro escenario para los próximos cinco segundos que no sean sus labios contra los míos; sus pómulos se enrojecen, sus pupilas se dilatan y puedo sentir que su corazón se ha unido a la competencia de velocidades. No sabía que sus órganos concursaban también. 

Sus manos tocan mi pecho. ambas palmas contra mi cuerpo. Me sonríe y todo termina, de pronto me empuja y se aleja. Su cabello brinca en todas direcciones. 

No sé qué decir, creo que ya no sé hablar, sólo sé mirarla. Yo no creo en el amor a primera vista, pero si creyera en él aceptaría que Clara me atrapó desde que escuché su voz por vez primera, pronunciando mi nombre. Nunca nadie lo había hecho tan bonito. 

La eternidad se termina y al dejarla atrás, suena una campanilla. Cómo odio las puertas que suenan cuando abren; quién las inventó debió estar loco. Nos sentamos en la segunda mesa a la derecha, dos  filas al fondo. Ella escogió. Somos los únicos en por aquí. Miro el reloj y son las diez de la mañana. Estoy impresionado. Absolutamente todo el lugar es de madera. Caoba, Roble, Cedro, Pino y no sé qué más. Yo no sé un carajo sobre madera pero sé reconocer cuando algo es hermoso y este lugar lo es. 

Un muchacho se aproxima, le divierte verme e intercambia una mirada de complicidad con Clara que no me gusta para nada. Aún no lo había pensado, pero ¿a caso no era yo el número ocho en la lista? ¿Clara habría tenido una "cita" con siete sujetos antes que yo, y aún las tendría al menos con cuatro más. ¿No es así?

Mi semblante cambia. La realidad me abraza por primera vez en unos minutos y no me gusta cómo se siente. Quiero salir de aquí, me siento utilizado, pero me quiero llevar a Clara conmigo  a pesar de todo. 

Un mes de free writing - séptimo día

Lee el  capítulo anterior (?)  de esta historia o el principio si no lo has hecho. :)

Día #7: Valiente. 

Necesito recordar las reglas del juego, necesito saber qué puedo y qué no puedo hacer. Necesito concentrarme. No debo olvidar que en el fondo de todo esto, mi empleo es el que está en juego. 

Clara camina delante de mí, no lo había pensado, pero su cuerpo es del tipo que invita a pasear con la mirada, y en este momento, mis ojos suben y se detienen, Suben un poco más y desean que Clara de la vuelta para detenerse una vez más. Lo hace; como si supiera justo lo que quiero. Mis ojos se detienen agradecidos; suben un poco más y observan un collar que tampoco había notado; es de perlas, casi tan blancas como sus dientes. 

Necesito concentrarme. ¿Qué se supone que un chico haga en la primera cita? ¿Hasta dónde debo llegar?...  ¿Hasta dónde puedo llegar? y más importante aún. ¿Hasta dónde se supone que deba llegar? Me siento incómodo, la adolesencia no fue precisamente la etapa favorita de mi vida y el estrés me hace recordar lo peor de ella; me sudan las manos. Clara vuelve a sonreir. Me siento bien; respiro profundamente y no puedo evitar sonreirle en respuesta. No digo nada, y ella simplemente baja la mirada. Me siento mal. Debí hacer algo más.

Hace tanto que no me subía a esta montaña rusa que creo que voy a vomitar. El jardín no es muy grande pero cruzarlo parece que nos tomará una eternidad y media.
¿Cuál es tu color favorito? Rompí el silencio, pero semejante pregunta se me ha ocurrido. 

 El verde, pero no cualquier verde; me gusta el verde de mis ojos, ése es mi favorito ¿A ti te gusta? Esperaba algo como: "¿y el tuyo?" al final de su respuesta, pero no. Me ha puesto en jaque. Clara tiene el control.

Sí, tienes unos ojos increíbles, aunque no son lo mejor de ti, te lo aseguro. Clara hace de lado su cabeza, creo que mi respuesta no le agradó. Yo sólo intentaba ser galante. Supongo que aprecia micho sus ojos, pero qué estúpido soy. 

 No soy muy bueno con las chicas me excuso. 

 Ni con los colores, te lo aseguro   Responde. Ya no entiendo qué está pasando. Pero no quiero que pase.

La tomo de la mano, la jalo hacia mí y la abrazo por la cintura. Es lo más valiente que he hecho en los últimos años. No sé si se moleste, pero de todas formas moría por hacerlo y estamos en una cita después de todo. 

Saturday, December 21, 2013

Un mes de free writing - sexto día

Nota: El siguiente fragmente es continuación de la historia que comencé ayer. Si no la haz leído, te recomiendo que primero revises la anterior y después ésta. :)

Día #6: Puberto.

Me levanté por inercia y caminé hacia el frente. me esperaba una mujer bastante atractiva, tes pálida, como un metro sesenta de estatura y labios rosas, sin maquillar; sus ojos entreveían optimismo, ganas de comerse el mundo a puños. Yo no creo en el amor a primera vista; pero si creyera en él, me gustaría enamorarme de Clara, nombre que se leía en su placa. 

Cruzamos la puerta y caminamos por un pasillo blanco con luces por todo el techo. Reí nerviosamente y me atreví a preguntar:
¿Qué está pasando, a dónde nos dirigimos?— no obtuve respuesta alguna.
Clara sonrie, y con una mirada ahora más bien curiosa, abre una segunda puerta al fondo del pasillo; ésta es blanca. La luz me ciega en ese mismo instante y no puedo evitar cerrar los ojos y mirar hacia abajo, la sensación del suelo cambia de repente. 

De concreto sólido y aburrido, a un divertido cosquilleo sobre un colchón de césped verde muy bien cuidado. Entramos en un jardín majestuoso. Un oasis de alegría en medio de la triste urbanidad en la que he estado inmerso desde que tengo memoria. Siento deseos de quitarme los zapatos, la asfixiante corbata, ¡Toda la ropa! arrojarme a aquellos pastos, y mirar hacia el cielo durante horas. 

Clara me interrumpe, me dice que es momento de comenzar nuestra cita.
 — ¿Nuestra cita? ¿Nuestra entrevista, querrá decir? respondo más por fuerza que por gusto.
— No. Nuestra cita, En esta institución creémos que la calidad humana importa más que cualquier papel expedido por cualquier universidad de cualquier universo. Ahora mismo, compartiremos un delicioso café, platicaremos de lo que nos gusta, lo que odiamos y por qué sucede así. Si tienes suerte, al final del día podrías conseguir mi número de extensión y acompañarme a mi oficina Añadió sonriendo una vez más. 

Si mi futuro empleo consistiría en mirar día a día ese maravilloso juego de dientes blancos enmarcados por sus dulces labios, entonces no llegaría tarde ni una sola vez. 

Hoy ha sido una de los días más extraños que he tenido en mi vida. Cuando desperté sentí que moría, pero que más tarde me sentiría vivo y tendría un empleo nuevo. Aún no sé qué sucede con lo segundo. Pero según parece estoy trabajando en ello. Me siento raro, mis manos siguen temblando, pero me gusta cómo lo hacen, por fin mantienen el equilibrio rítmico que tanto anhelaban; mi corazón piensa que mi cuerpo juega, que compite para ver qué organo puede temblar más rápido sin causarme un desmayo. 

La última vez que me sentí así. tenía trece años y salía por primera vez con una chica. Es eso, me siento como un puberto, Clara y yo tomados de las manos bajo un árbol, besando nuestros labios (o no; o aún no; o no sé, pero no está sucediendo. ¿Está mal que de pronto lo quiera tanto?).

Nota: Sí, la historia sigue un día más. ¿Qué les parece hasta ahora? 



Friday, December 20, 2013

Un mes de free writing - Quinto día.

Nota introductoria: para hacer más divertido el ejercicio de hoy (y probablemente alguno próximo) trataré un tema en especial. No tenía idea de cuál, pero afortunadamente, encontré 400 temas para free writing en internet. Aleatoriamente escogí: "Una extraña entrevista de trabajo". 

Día #5: Súper-pánico.

El señor Figueroa, un sujeto chaparro cuya mirada siempre dirigía al suelo, me invitó a pasar por fin a la oficina, es curioso, pero me sentí confiado desde la primera vez que lo vi despidiendo con una palmada en la espalda a otro candidato. Su mirada entreveía todos sus sueños rotos y sus esperanzas se deshacían al ritmo de la piel que caía de sus pómulos, a consecuencia de algunas noches en vela. 

Por semanas me había preparado; postura, mirada, posición de los brazos y cualquier tipo de expresión corporal escrito en el manual de un reclutador común. Estaba listo, listísimo, y aparentemente, mi entrevistador no opondría resistencia. El puesto será mío, me dije mientras sonreía. 

El señor Figueroa, o Alberto, como mostraba su placa, me pidió que tomara asiento y que enseguida me llamarían. Acto seguido, se fue refunfuñando palabras que no estoy seguro si el mismo entendía. 

¿Me llamarían? ¿Quién me llamaría? ¿a dónde iría? ¿Figueroa no sería mi entrevistador? estaba asustado. La gran confianza que ostentaba minutos antes, en la sala de espera, mientras hacía como que leía una revista atrasadísima que hablaba sobre las ventajas y desventajas del pan integral (porque es un aspecto muy importante en nuestras vidas) pero realmente sólo miraba con atención la puerta de madera negra que me separaba de mi futuro empleo se había desvanecido en un sólo instante. 

Un cosquilleo recorría mi cuerpo, o al menos eso creía, desde las puntas de mis pies hasta mis rodillas. Hacia arriba, mi cuerpo se sentía gelatinoso, si me ponía de pie, estoy seguro de que me desplomaría al instante. 

Mientras tanto, mi estómago daba vueltas, mis tripas se balanceaban de lado a lado y mis brazos intentaban, en vano, temblar manteniendo el mismo ritmo. Entré en pánico. Noté un amargo sudor recorriendo mi frente y entré en súper-pánico. No sabía que eso era posible. 

De pronto, escuché pasos. Primero suaves y prolongados, como de quien apenas se levanta por la mañana con miedo a la regadera. Después apresurados y más fuertes, seguros. Como de quién no desea otra cosa más que salir de donde quiera que se encuentre. 

Fue entonces cuando la puerta se abrió en un sólo instante, sin chirridos tétricos, sin movimientos torpes. Yahí estaba frente a mí, a unos cuantos pasos pronunciando mi nombre. Lo que ocurriría después, jamás lo olvidaré. 

Nota: Seguramente se dieron cuenta en el título: al terminar los diez minutos, evidentemente no concluí el relato; no he visto si hay una modalidad de free writing en varias sesiones, pero me agradó bastante la idea, así que mañana continuaré con esta misma historia y se quedarán con la intriga. ¿Les gusta la idea?  




Thursday, December 19, 2013

Un mes de free writing - Tercer día.

Día #3: Intemporal. 

¿Día tres? Sí. Podrían pensar que el día de ayer falté a mi compromiso de escribir diariamente durante un mes. Pero no sucedió así. De verdad. 

Por ningún motivo olvidé hacerlo en la mañana. No vi a una de las chicas más lindas que haya visto en todo el año camino al trabajo, tampoco pensé en hablarle y tampoco fracasé en el intento porque justo cuando me había decidido, de pronto la perdí de vista en medio del rompecabezas gigante que es para mí la ciudad. 

Tampoco lo olvidé cuando llegué a la oficina y me tomé una de esas tazas de café que el alma misma agradece porque auguran un gran día. Menos, obviamente, lo olvidé mientras me volvía loco resolviendo cualquier problema que se me ponía en frente mientras trabajaba, o cuando sencillamente, todos dejamos de hacer cualquier cosa y escuchabamos Pearl Jam porque queríamos sentirnos más vivos que nunca, pero también queríamos sentir que agonizabamos. 

Y claro que, al caer la tarde no lo menosprecié cuando me propuse  hacer un viaje larguísimo a casa de un viejo amigo que hace muchísimo no veía,  tampoco lo estuve esperando en el lugar acordado cuarenta minutos (porque mis amigos son muy puntuales y todo eso) mientras miraba artículos de 9gag en compañía de otras dos personas. 

Obviamente, me defiendo, y reitero que no disfruté de toda una tarde/noche/madrugada de risas, chistes malos, carcajadas, chistes buenísismo (malísimos, según mis amigos, pero no les hagan caso porque en realidad sí soy un gran cómico) botanas, guitar hero, donde no pude cantar excepcionalmente bien (como acostumbro) sólo porque me aterrorizaba el sentimiento de que quizá, por la mañana, me daría cuenta de que faltaría una entrada en este blog. 

Por supuesto que nada de eso sucedió. Lo soñé todo, pero estaba despierto; fue uno de los mejores sueños que he tenido durante este año, sin embargo, aquí estoy. Al pie del cañón, cumpliendo en tiempo y forma con la idea que me propuse hace sólo algunos ayeres. 

Y ustedes dirán ¿Y la fecha del post? ¿y el cuarto día publicado antes del tercero? ¿es que intentas tomarnos el pelo? Verán, verán, preguntas válidas, pero muy fáciles de responder, quien sueña despierto (pero quien de verdad sueña despierto) accede a otras dimensiones, donde el tiempo es curvo y el espacio flexible. Es otra onda, les digo. 

Desde allí (o aquí, o algo así) escribo; sin miedo a enredarme en las horas o perderme en los minutos. No sé si valga entonces este post. No por su aparente atraso en el mundo tradicional, sino porque si el tiempo no funciona como "debería", entonces quizá estoy jugando con ventaja. Nunca lo sabremos. 


Un mes de Free Writing - Cuarto día.

#Día 4 - Mainstream. 

Recientemente he escuchado y leído a muchas personas quejándose porque una de sus obras favoritas lo es ahora también de su peor enemigo. O pero aún, de su mejor amigo. Yo no entiendo nada, de verdad. Parece que vivimos en constante lucha por encontrar algo e identificarnos con ello; hacerlo nuestro, decir que por fin encontramos lo que sea que haya sido y esperar que nadie más se lo encuentre, como si el propósito de su creador no hubiera sido llegar al mayor número de mentes posibles.

Por ejemplo, hace unos días, el poster de "The Fault in our stars" (la película) vio la luz y muchos nos emocionamos, pero muchos fans se molestaron porque otras personas, que hasta el momento no conocían la obra, preguntaron qué era, indagaron y les encantó. 

¿No deberíamos sentirnos orgullosos de que nuestros gustos sean tan buenos que pueden crear fans en minutos de lo geniales que son? en cambio, hay posts por todos lados que dicen: "qué horror, la van a chotear" o: "qué asco, al rato a todo mundo le va a gustar".

 ¿QUÉ? ¿EN VERDAD? por mucho que nos duela, John Green no escribió esa novela para nosotros, la escribió para el mundo, para absolutamente todo el mundo, si es posible. Y deberíamos alegrarnos del gran éxito comercial que tiene, después de todo, esto lo motivará a escribir más historias (y seguir haciéndonos llorar) que eventualmente disfrutaremos muchísimo.
Imagínense, por un momento, que esta novela no tuviera éxito comercial y la película se hubiera quedado en rumores. Entonces esos mismos fans estarían quejándose del mál gusto mundial, ya que por culpa de todos los "ignorantes" que prefieren otros autores y otras novelas nos vamos a quedar sin película. 

Ahí sí vería a todos promoviendo el libro, regalándolo, contando de qué va a la primera persona que se les cruzara en el camino, porque la esencia de compartir lo que nos apasiona es única y es hermosa. Lo feo no es que haya "Pousers" (es 2013 y hay personas que siguen creyendo en ese término, o sea) que apenas conozcan tal o cual cosa que amamos tanto. Lo feo es que haya gente tan cerrada.

Yo creo que está bien buscar nuestra identidad (o algo así) con base en nuestros gustos y lo que nos apasiona, pero, por favor. ¿De verdad queremos que lo que nos gusta nos guste única y exclusivamente a nosotros? ¿de verdad queremos quedarnos tan solos? por lo menos, yo no. 

Hoy es de esos días en los que no me puedo quitar una idea de la cabeza y vaya que desquitarme presionando vigorosamente cada sección del teclado mientras le doy forma a mis ideas en forma de palabras se siente bien. 

Tuesday, December 17, 2013

Un mes de Free Writing - Segundo día.

Día #2: diciembre.

El último mes del año ya está aquí, y para muchas personas eso siginifica alegría, paz, navidad, cenas y mucha felicidad. Para mí también. Hay otras personas que no son tan positivas y miran estas fechas como una época llena de hipocresía y un mundo globalizado capaz de duplicar las ventas de cualquier producto sólo porque le pusieron un gorrito navideño a éste y escribieron un bonito mensaje de hermandad como punch line. Para mí también. 

Existe otro porcentaje de la población cuyo diciembre significa celebrar las festividades con sus seres queridos, cenar en compañía de personas que no frecuentas mucho y pasar un buen rato dándole un lugar mucho más importante a la festividad religiosa que a la comercial, sin desprenderse de esta última; es decir, digamos que hacen un equilibrio porque la fecha tiene su razón de ser, pero también vivimos en el siglo XXI. Para mí también. 

Lo único raro es que generalmente diciembre no lo vivo enfermo; no sé si tengo un sistema inmunológico digno de superman (que tampoco, dicen algunas recetas médicas y mi historial del seguro social) pero simplemente no sucede. 

Hoy desperté hecho un zombie. Tenía muchas ganas de ir a trabajar ayer por la noche y ya había planeado mi día. Por desgracia, desperté sin poder abrir los ojos porque me dolía la cabeza. Es raro no poder ni levantarte de la cama cuando ya planeaste tantas cosas. Aunque, por otro lado, ya me siento mucho mejor y espero que mañana todo salga de maravilla.
Hace cuatro años, aproximadamente, que estoy acostumbrado a asistir a la escuela el 24 y 31 de diciembre a la escuela, porque era muy listo e iba a cursos para presentar exámenes que salvarían mi trasero los primeros días de enero. Ya saben, hay que vivir al límite y confiar la calificación final a un buen bonche de hojas de papel blancas entintadas con cuestionamientos dignos de un par de horas de volarnos los sesos internamente, en parte porque buscamos las respuestas a éstos, y en parte porque nos preguntamos qué habría sido de nuestras vidas si hubiéramos dado el ancho durante el semestre. 

No quiero sonar arrogante, pero este primer semestre de universidad se me ha hecho de lo más ligero del mundo a comparación con la carga de trabajo que llevaba en la prepa. En consecuencia, tengo vacaciones... por primera vez en mucho tiempo, ¿Y qué hago? enfermarme. Soy un genio. 

No todo es malo después de todo, supongo que me hacía buen un día de descanso y tampoco es que le huya mucho a eso de pasar horas en cama. Ahora sí configuré bien la alarma, lo sé porque antes de comenzar a escribir la configuré para diez segundos y funcionó de maravilla; aunque hoy usé un cronómetro web. 

Por otra parte leí que el Free Writing puede hacerse sobre algo random o sobre temas específícos, creo que eso hará más divertido el asunto así que desde mañan dejaré de escribir a lo bruto y me enfocaré en algo con un poquito más de sentido. 


Monday, December 16, 2013

Un mes de Free Writing - Primer día.

Nota introductoria... ¿Qué es Free Writing en un párrafo?:

Free Writing (o libre escritura) consiste en escribir durante determinado periodo de tiempo (en mi caso, diez minutos) sin parar; ni por un momento, se vale escribir: "bla, bla, bla" en lo que se te ocurre algo, pero no debes parar nunca. El objetivo es descubrir muletillas, errores de redacción a los que tiendes naturalmente, estimular ti creatividad y divertirte mucho. Durante un mes (al menos) haré esto diariamente, si te me unes (que sería genial) por favor mándame un tweet a @AmetAlvirde para leerte e intercambiar experiencias. Recuerda que parte del juego es no hacer correcciones ni editar el contenido, con el paso del tiempo mejoraremos (me gusta pensar) y corregir sería engañarnos. Basta de parloteo y comencemos.

Día #1: Hoy.

Hoy fue un gran día, no es que haya ganado un premio o haya conquistado a la chica de mis sueños; pero últimamente aprecio más lo que hay a mi alrededor. Pero qué molestas son aquellas personas que se la viven diciendo que el sol está hermoso y que seguramente hay tráfico porque gracas a éste se encontrarán cien pesos tirados en la calle gracias a que decidieron bajarse del camión para caminar y llegar más rápido a su destino. 
No me malinterpreten, está bien ser optimista, pero hay personas que de plano se pasan de la raya y caen horrrorosamente mal. Pues una de ésas soy yo de un par de días para acá. En parte porque me la viví escuchando un disco de rap con una temática muy positiva el fin de semana. Extraño que escuche rap, pero pasó.

Hoy fue un gran día porque pasé la mayor parte de mi día con mis amigos, mis amigos que también son mis compañeros de trabajo y que estimo bastante. Hoy fue un gran día porque me encontré cien pesos tirados en la calle (no es cierto, eso habría hecho del día uno particularmente bueno, no es que sea avaro, pero a nadie le caen mal unos pesos de más cortesía de algún distraído ciudadano) aunque, apuesto que si me hubiera encontrado cien pesos en la calle, éstos le harían falta a alguien más, para quien su día quizá hubiera comenzado espantosamente mal debido a que el muy listo (en sus propias palabras mentales) dejó escapar dinero porque se despertó tarde y no pudo ni bañarse, tuvo que salir corriendo y encima, mientras sacaba unas monedas para pagar el autobús, se le cayeron cien pesos que para colmo, ni eran suyos.

A menudo me pongo a pensar sobre situaciones así. No es que sea fan del karma y el equilibrio y todo eso. Pero es que a veces pasa, para que a una persona le pase algo extremadamente bueno, seguramente otra debió pagar el precio con un sinsabor horrible.

Como sea, hoy es un día increíble porque leyendo en internet (como la mayoría de mis días) me encontré con cosas súper interesantes como un antifaz para dormir que estimula tu descanso y reduce el tiempo que debes dormir. Yo siempre he sido quisquilloso con el tiempo e inclusive algún tiempo intenté algo llamado “sueño polifásico” que algún ocioso (no, un verdadero genio) inventó porque no tenía nada mejor que hacer.

He parado ya como por cinco segundos unas tres veces, esto de escribir constantemente cualquier idea que te pase por la cabeza es realmente difícil. Oh, a propósito de boom; hoy fue un excelente día porque, trabajando en algo totalmente no relacionado, descubrí por fin la idea perfecta para un documental.

Cuando salía de la prepa, quise crear uno sobre nuestro último semestre como estudiantes, después mi disco duro murió y perdí un semestre de grabaciones, así que el documental nunca vio ni verá la luz. Osh, otra pausa. Hilar palabras al son del bullicio mental es bastante cansado, ni hablar, volvamos al punto.

La idea es que me puse muy triste y pensé que jamás una idea tan cool se me ocurriría. Sin embargo, por el lado bueno, supongo que alguien se encontró fotos de cuando era niño en consecuencia por la pérdida de mis archivos. (bueno, no. Pero algunos de mis amigos con videos vergonzosos pueden sentirse aliviados de ue jamás se verán en internet mientras dormían en clase).

El punto, otra vez, es que hoy, mientras garabateaba algunas ideas para un sitio web en el pizarrón de la oficina, se me ocurrió que debería hacer un documental sobre el desarrollo de mi empresa (que es bebé, apenas tiene como cinco meses de existir) y de cómo evolucionará cumpliendo nuestras metas; el documental abarcará de aquí a diciembre de 2014. Fecha en la que se cumplirá (si todo sale bien) una de nuestras grandes metas.

Así que sí, además de tener un canal, un blog, una empresa, una carrera universitaria, proyectos personales, proyectos grupales y la misión de cambiar al mundo, ahora quiero grabar un documental

Hasta este punto no tengo idea de cuando los diez minutos se cumplirán y ciertamente ya me cansé, esto es más difícil de lo que pensé, pero es bastante divertido. Agarré el primer intento a modo de diario combinado con no sé qué y no sé si sea la mejor forma de hacer Free Writing, se supone que es para estimular mi creatividad y recordar cosas del pasado no sé si cuente mucho que digamos, quizá sí. Veremos, en próximas entradas intentaré hacer algo diferente, quizá un microcuento, quizá un debraye filosófico de esos que se nos dan cuando tenemos algo importante qué hacer a las siete de la mañana del día siguiente pero no podemos dormir a las tres de la mañana.

Update fuera de tiempo: Hasta este punto escribí veinte minutos seguidos porque soy un genio programador que no puede configurar una cuenta regresiva en un nokia viejito. Tal vez por eso se me hizo tan cansado, pero decidí dejar todo lo escrito como está, porque cortar a la mitad sería privatizar información y yo soy un gran revolucionario. Esto fue el primer día. ¿pínta bien el asunto?

Friday, November 29, 2013

Escribiré (Ahora sí, lo prometo, de verdad)

Escribir es una de las cosas que más me gusta hacer en la vida. Desde que aprendí no he parado y espero no hacerlo. Fue el primer medio que ocupé para decirle a internet que existía, hace muchos años abrí un blog, hace no tantos abrí otro y el año pasado apenas, uno más.
He escrito sobre tecnología, sobre libros, películas, problemas sociales… escribí opiniones, críticas, tutoriales, noticias y hasta cuentos. Escribí para otras personas y también para mi mismo. Me gusta hacerlo, me gusta  expresarme utilizando la palabra.
Cuando comencé a hacer videos sobre películas y libros me lamentaba porque, evidentemente no me da tiempo de hacer uno sobre todo cuanto veo y leo. Planeé crear un blog con Ghost el año entrante y comenzar desde cero con todo el ánimo con el que alguien comienza un proyecto a principio de año; esta idea lleva en mi mente como un mes. Ya me cansé de esperar.
Entre mis planes también está escribir un par de libros, uno de ellos es techie, en palabras de @Samagas, es “Literatura para ingenieros”. Creo que no tendré mucho problema con éste, y es uno de mis propósitos de año nuevo, publicarlo en internet durante el 2014. 
De la misma forma quiero escribir una novela desde hace algunos meses y mi intranquila mente no me deja hacer de lado esta idea. Sucederá; no sé cómo ni de qué forma ni cuándo, pero sucederá. Yo sé que no estudio letras, ni creación literaria ni nada por el estilo. Esto es, precisamente, lo que le da un toque aventurero y retador a este propósito.
Hace unas semanas, tuve el plancer de conocer a Eduardo Casar (y a su trabajo) en vivo durante un evento en mi facultad, me impresionó, además del increíble e inteligente humor que este sujeto utiliza, una frase que no se cansó de repetir durante toda la mesa redonda:
“Escribir se aprende en gerundio.” 
Así supe lo que tenía que hacer: escribir. No importa sobre qué, no importa si alguien lo lee (por ahora, aunque sería muy bonito si existen muchos “alguien”). Importa que lo haga, que sea constante y que, como hasta ahora: no pare.
Por ahora dedicaré mi tiempo a escribir al menos un artículo por cada libro o película que me acompañe en el camino (a ver si no termino odiando dos de las cosas que más amo), y eventualmente, sobre algún tema de esos que no se cansan de  gritarte en la cabeza hasta que tecleas algo sobre ellos.
Gracias por acompañarme, amigos míos; son los mejores, y… Que comience el show.