Tuesday, December 17, 2013

Un mes de Free Writing - Segundo día.

Día #2: diciembre.

El último mes del año ya está aquí, y para muchas personas eso siginifica alegría, paz, navidad, cenas y mucha felicidad. Para mí también. Hay otras personas que no son tan positivas y miran estas fechas como una época llena de hipocresía y un mundo globalizado capaz de duplicar las ventas de cualquier producto sólo porque le pusieron un gorrito navideño a éste y escribieron un bonito mensaje de hermandad como punch line. Para mí también. 

Existe otro porcentaje de la población cuyo diciembre significa celebrar las festividades con sus seres queridos, cenar en compañía de personas que no frecuentas mucho y pasar un buen rato dándole un lugar mucho más importante a la festividad religiosa que a la comercial, sin desprenderse de esta última; es decir, digamos que hacen un equilibrio porque la fecha tiene su razón de ser, pero también vivimos en el siglo XXI. Para mí también. 

Lo único raro es que generalmente diciembre no lo vivo enfermo; no sé si tengo un sistema inmunológico digno de superman (que tampoco, dicen algunas recetas médicas y mi historial del seguro social) pero simplemente no sucede. 

Hoy desperté hecho un zombie. Tenía muchas ganas de ir a trabajar ayer por la noche y ya había planeado mi día. Por desgracia, desperté sin poder abrir los ojos porque me dolía la cabeza. Es raro no poder ni levantarte de la cama cuando ya planeaste tantas cosas. Aunque, por otro lado, ya me siento mucho mejor y espero que mañana todo salga de maravilla.
Hace cuatro años, aproximadamente, que estoy acostumbrado a asistir a la escuela el 24 y 31 de diciembre a la escuela, porque era muy listo e iba a cursos para presentar exámenes que salvarían mi trasero los primeros días de enero. Ya saben, hay que vivir al límite y confiar la calificación final a un buen bonche de hojas de papel blancas entintadas con cuestionamientos dignos de un par de horas de volarnos los sesos internamente, en parte porque buscamos las respuestas a éstos, y en parte porque nos preguntamos qué habría sido de nuestras vidas si hubiéramos dado el ancho durante el semestre. 

No quiero sonar arrogante, pero este primer semestre de universidad se me ha hecho de lo más ligero del mundo a comparación con la carga de trabajo que llevaba en la prepa. En consecuencia, tengo vacaciones... por primera vez en mucho tiempo, ¿Y qué hago? enfermarme. Soy un genio. 

No todo es malo después de todo, supongo que me hacía buen un día de descanso y tampoco es que le huya mucho a eso de pasar horas en cama. Ahora sí configuré bien la alarma, lo sé porque antes de comenzar a escribir la configuré para diez segundos y funcionó de maravilla; aunque hoy usé un cronómetro web. 

Por otra parte leí que el Free Writing puede hacerse sobre algo random o sobre temas específícos, creo que eso hará más divertido el asunto así que desde mañan dejaré de escribir a lo bruto y me enfocaré en algo con un poquito más de sentido. 


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